La mayor parte de las casas que se compran se remodelan. Muchas veces con trabajos de arquitectura importantes en los que se llega a cambiar el estilo de la construcción, multiplicar los metros y reorganizar completamente el programa. Una guía para saber en qué fijarse a la hora de comprar y cómo calcular algunos costos cuando la idea es transformar.
Fuente: Vivienda y Decoración de El Mercurio
Una remodelación generalmente apunta a limpiar, abrir espacios, buscar más luz y actualizar, llevando nuevas tecnologías a baños y cocinas de casas antiguas. A veces serán cambios sutiles, buenas ideas y toques que potencian la construcción, pero cada vez más frecuente es ver radicales transformaciones en su arquitectura original.
“Todo en el proceso es bastante subjetivo”, fue, por igual, la respuesta de Pablo Ropert, de Norte Arquitectura y Construcción, y de Raimundo Díaz del Río, arquitectos con muchas horas dedicadas al tema. Coinciden en que el primer ejercicio es definir cuál es el presupuesto final del que se dispone para comprar y remodelar. Ropert precisa que el precio de mercado para una remodelación va entre 15 y 25 UF/m2 a intervenir.
-Se divide en tres tercios: un tercio en instalaciones: electricidad, cañerías; un tercio en obra gruesa, y un tercio en terminaciones promedio, ya que estas pueden subir al infinito según los materiales y tecnologías que se usen. A este monto hay que sumar el valor de la arquitectura que es de 2 UF/m2 para proyectos más pequeños, acercándose a 1 UF/m2 en superficies más grandes. Este monto se debe sumar al precio de compra.
Concuerdan también en que el mejor barrio para elegir, “además de razones lógicas como cercanía a colegios y trabajos, es uno con plusvalía; con buenas circulaciones, y donde todas las casas estén más o menos en la misma línea, un barrio residencial”. Cuando aparece la casa que “encanta”, lo primero es revisar el plan regulador, para no verse luego rodeado de edificios, y antes de imaginar cualquier cambio, pedir en la municipalidad el Certificado de Informes Previos. “Cada casa tiene el propio y es la normativa de lo que se puede y no se puede hacer en ella”, dice Ropert, (www.nortearq.cl).
Luego, hay que aguzar el ojo. O pedir colaboración de un arquitecto para confirmar si la escogida es la indicada. La mayoría de los profesionales tiene un honorario para este acompañamiento. En el caso de Díaz del Río, la visita a la casa y un informe con el costo estimado de remodelación, vale 2,5 UF. Norte Arquitectura realiza una primera visita gratis y luego cobra 2 UF la hora.
Lo primero es observar la orientación principal. “Aunque hay formas de palearlo, una casa orientada al sur será más fría, más oscura y más húmeda; gastará más en calefacción”, dice Ropert. Y aunque advierten que cualquier casa oscura se puede iluminar, trabajar con muchas lucarnas lo ven como un recurso caro y que no logra a cabalidad su objetivo, “porque una cosa es la luz y otra el encierro”, dice Ropert. Sí creen en ventanas de techo, que airean y dan vista: “Es buena solución para mansardas”, dice Díaz del Río.
La revisión debe estar atenta a los cimientos. Detectar si hay humedades evidentes. “Si son en el piso, hay que tenerles más respeto que a una por lluvia desde el techo. Lo principal es que la casa tenga buen radier. La solidez de muros de la planta baja es fundamental, no así el segundo piso, que es como un sombrero: se puede sacar muy fácil. Si es de un piso es muy bueno que tenga losa: si hay, implica un 30% más o menos de ahorro en lo que cuesta construir un segundo piso -dice Díaz del Río.
También, continúa, es importante que “la cocina esté bien emplazada, porque trasladar las zonas húmedas es complicado”. Coincide el arquitecto de Norte: “Mover la cocina no es barato; tampoco los baños, porque son cañerías e instalaciones. No es llegar y aumentar la cantidad de baños: entre obra gruesa, instalaciones, terminaciones, conectarse a la red, uno nuevo cuesta unos $7.000.000”.
Para Pablo Ropert, que habitualmente trabaja en Las Condes, La Reina, Providencia y Ñuñoa, una época arquitectónica que le resulta más amigable a la hora de intervenir, es la de los años 60. “No sé si Chile era más pobre, pero sí era más esencial; son estructuras sólidas y simples”. En general, es más fácil trabajar viviendas que han tenido pocos dueños; pueden estar muy venida a menos, pero arquitectónicamente puras. Con muchas manos, tienen más mañas, laberintos; hay que limpiar para devolverle su esencia”.
En cualquier caso, dicen, todo se puede hacer. Todo depende del presupuesto, pero ya no es necesario dejar los clásicos arcos redondos al unir dos espacios, ni pilares en medio: hoy con vigas metálicas e invertidas se obtienen grandes espacios libres.
Díaz del Río (teléfono 98920 3728) trabaja en Vitacura, El Golf, La Dehesa y Los Dominicos. “Ahí ya estamos remodelando casas de los años 80, cuando era furor la “casa chilena”. Es una casa perfecta para transformar, tiene buen primer piso y losa, ideal para convertir en mediterránea”. Tambien destaca las Ley Pereira, “por ubicación y buena construcción”. Aconseja huir de cualquiera con mal emplazamiento: “Cuando el jardín es una franja angosta por todo el rededor y no hay para dónde crecer; o casas con vista a edificios o techos roñosos”.
Remodelaciones mayores son para Ropert también aquellas donde se da vuelta completamente el programa. “Antes el living de las casas miraba a la calle; ahora lo primero que se hace es girarla, y esa movida es cara. El ideal es un jardín más bien cuadrado, que mire al norte; así se saca la potencialidad al sitio”.
¿Hasta cuánto vale la pena invertir en una remodelación?
Un ejercicio es multiplicar por 15 UF todos los metros de la casa y sumar este resultado al valor de compra. Si esta cifra es muy superior al valor de una casa nueva de similar tamaño… hay que pensarlo. Aunque siempre hay razones no tangibles, como el “encantamiento” con el terreno o con el barrio, que pesan en la decisión. Sí es necesario saber que desde lo pactado a lo final, todo aumentará entre un 10 y un 15%: más caro el presupuesto y más largo el tiempo de trabajo.
LA COCINA ES CARA
Nivel premium, sin artefactos: entre $800.000 y $1.000.000 el metro lineal de mueble de cocina con bisagras Blum y cajones de cierre silencioso. Con frentes de muebles de melamina de calidad y cubierta de granito, silestone o cuarzo.
VENTANAS
Es uno de los temes más significativos. En termopanel, el presupuesto para una casa de 250 m2 es $8.000 millones, aprox. En PVC, vale $150.000 el m2; en aluminio, $100.000. Levantar un techo para dar luz y altura, 25 UF/m2, aprox.
“LOS ESPACIOS que más se ocupan en una casa están a la pasada; y los habitantes siempre se instalan buscando el norte”, así cuenta Pablo Ropert que decía el arquitecto Cristián Valdés. “Yo comparto el principio y lo sigo, creando grandes zonas de estar, iluminadas, como en esta casa de La Reina. Los livings aislados casi no se usan, hay que proponer nuevas formas de habitar”.
LEYES
- Nunca quedar con cosas pendientes, porque después no hay ánimo ni plata
- Ojalá no habitar la casa durante el arreglo, es un desastre
- Trabajar sin arquitecto es más barato, pero hay más riesgos y exige dedicación. Además, dicen que no hay peor que una casa mal distribuida, aunque esté bien terminada